Querid@s tod@s, después de más de dos meses es casi natural que os estéis olvidando de mi, yo os prometo que no os olvido, sólo que en la vida casi nunca es lo que uno quiere sino lo que va llegando, y a mí por desgracia o quizás por fortuna, me tocó un año duro, con el tema que gran parte de vosotr@s conocéis y por descontado eso es lo primero, cuando digo por fortuna os aseguro que me siento afortunada pues pese a todo y al gran temor que me invadía, tenemos la suerte de seguir aquí, en un nuevo año, al que le pido que si no es un poquito mejor, al menos sea como el anterior y podamos seguir todos compartiendo penas y alegrías pero unidos.
Empezaré lo del tema de los dedales en el que estoy muy, muy perdida, desorganizada, liada y sin tiempo ni calma para tocarlos, en un momento de sosiego, decidí tomar estas fotos a algunos de los últimos que llegaron.
Éste me lo mandó mi querida amiga, lo compró por mi cumple, tardó en llegar pero es precioso, gracias de corazón y espero que estés bien.
Estos me los mandaron mis amigos Ángela y Jose Maria, desde su pueblo en Lleida, como buena artesana Ángela siempre me sorprende con dedales muy bonitos y yo se lo agradezco de corazón y con el cariño de muchos años de amistad.
Ahora le toca a esta maravilla que me dejó aturdida, me la mandó Jose María, quería dejar bien claro que éste me lo regala él solo, yo me siento feliz de tenerlo. Todos son importantes, siempre digo que me los mandan los dos, pues nada, éste se lo agradeceré siempre a él con todo mi cariño.
Sólo me queda despedirme como siempre, no sé hasta cuando, con un beso y una flor.
La flor hace años ocupa un lugar en mi pantano, regalo de otra queridisima amiga.
